Sí, el alcoholismo es una enfermedad progresiva,
crónica y degenerativa; con síntomas que incluyen una fuerte necesidad de tomar
a pesar de las consecuencias negativas. La
enfermedad está caracterizada por daños físicos en todos los sistemas del
organismo, siendo los más complicados los que se relacionan con el sistema
cardiovascular, el sistema nervioso y el hígado. Al suspender la utilización de alcohol, se
desarrollan síntomas como náuseas, temblores y ansiedad. Por otra parte, el
alcohólico pierde el interés por lo que le rodea, lo cual puede ocasionar la
pérdida de su empleo y de su familia.

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